Sus manos sudando y sus ojos perdidos la delataban. "Hay miradas que no saben mentir, miradas que delatan pensamientos" , escuché al pasar y regresé en el tiempo queriendo recordar con Meme.
El silencio absoluto acompañaba la luz de la luna que entraba por la ventana. El silencio y el aroma del melón cortado hacía ya una hora nos acompañaban en el viaje profundo de los recuerdos.
Memoria. Femenina. Singular. Según la filosofía escolástica, una de las potencias del alma.
Nuestras almas viajaban perdidas en el tiempo de los recuerdos.
Animales, personas, sabores, lugares, soles, botones, lápices, lunas, abrazos, cigarros, amigos, gritos, sonrisas, lágrimas, llantos, estrellas, drogas, música, golpes, olvidos, aciertos, letras, flores, dibujos, colores, blancos y negros inundaron la habitación en cuestión de segundos. Atestadas al ver lo ocurrido quisimos poner un poco de orden en el pequeño reducto y en nuestras cabezas. Era imposible. Las flores crecían en el piso, los gritos venían del baño, el humo del cigarro y los inciensos nos ahogaban. Las lágrimas que ya habían cubierto las flores se condensaban con el calor de los soles que colgaban del techo. Hacía tanto calor y tanto frío. Sentíamos los abrazos y los golpes y los sabores todos en la boca y en el cuerpo. Los flayes de las drogas surtían sus efectos. Los perros nos lamían las manos y las luciérnagas danzaban al ritmo del ukelele que había empezado a sonar. Las paredes sonreían con dibujos infantiles de años atrás. El color nos escupía la cara y nos acariciaba una mejilla. Teníamos estrellas en el pelo.
Entonces recordamos.
Ahí.
Pasado.
Futuro.
PRESENTE.
Ya estaba amaneciendo y la luz entraba por la ventana.
La heladera empezó a sonar...
Nos miramos.
Las manos ya no sudaban.
Las miradas estaban en su sitio.
AHORA.
Parecía que bailabamos en un abrazo eterno... ya no hacía falta recordar.
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/..Jugando con Gonza, un río mediante.../
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